No deja de tener su gracia que el independentismo recurra a la riqueza del castellano para tratar de imponer el catalán. Jugando con los términos curricular y vehicular pretende hacer juegos malabares para lo de siempre, para que el catalán sea preeminente frente al castellano.
Poner nombre a las cosas les confiere identidad. No es lo mismo que una lengua sea vehicular a que sea curricular. Si es vehícular es la lengua empleada como medio de comunicación en una comunidad. Si se define como curricular, simplemente está obligada a aparecer en los contenidos que ofrece un centro. Como si les ofrecen arameo.
Lo lamentable es que el PSC se haya prestado a semejante burla, porque no es una palabra. Es tragar con una cuestión ideológica para contentar a los socios.