600.000 personas siguen en ERTE. Empleos suspendidos, futuro incierto y familias enteras pendientes de una decisión que el Gobierno va a cerrar en tiempo de descuento, deprisa y corriendo. Un apaño y nos arreglamos. Para otras cosas prefieren el fuego lento. Veáse los indultos a los presos del procés.
La afirmación de Sánchez de que cumplirían íntegra la condena duró lo que él en ganar las elecciones. Ahora necesita tiempo para que pasen las primarias en Andalucía no vaya a ser que ver a los Junqueras y compañía en la calle haga daño a su candidato oficial. Así que de momento, la gota malaya.
Que nos acostumbremos a la normalidad de los indultos, que los presos entren y salgan de la cárcel como Pedro por su casa (nunca mejor dicho) para ir a actos institucionales. Y todo para que quienes se saltaron la soberanía nacional, la Constitución, provocaron graves perjuicios económicos y fractura social en Cataluña se vuelvan a casa de rositas con la firme intención de volver a intentarlo en cuanto puedan.