Pedro Sánchez remodela su Gobierno 43 días después de haber nombrado el anterior. Movimiento de piezas tras el nombramiento de Calviño como presidenta del BEI. Además de darle a Escrivá la Función Pública y, por tanto, la gestión de tres millones de trabajadores, el presidente del Gobierno ha tomado más decisiones.
Por ejemplo, ser audaz y no disimular. La estructura del Gobierno es un calco de la del partido. Si la ministra de educación, Pilar Alegría, puede ser también portavoz del partido y del Gobierno. La ministra de Hacienda puede ser número dos del partido y desde hoy del Gobierno.
María Jesús Montero se convierte en la primera vicepresidenta por delante de Yolanda Díaz para que se sepa quién manda en el área económica. De ella también dependerá orgánicamente el nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo. Un técnico formado en la disciplina fiscal. Porque según Sánchez, la economía va como una moto, pero por si acaso.