Gobernar es tomar decisiones y el Gobierno lo hace. Establece sus políticas por Real Decreto. Si hay riesgo de que le lleven la contraria, mete de tapadillo sus propuestas junto a otras normas. Y si no le queda más remedio que contar con socios o no socios, plantea sus iniciativas como lentejas.
Véase la reforma laboral. Si la minoría que le sostiene se rebela, les entretiene con una comisión parlamentaria que investigue lo que debería juzgarse sin ninguna duda en los tribunales y si la investigada es la Iglesia Católica, miel sobre hojuelas. Y mientras, el presidente de viaje en Abu Dhabi donde sin ninguna duda se va a reivindicar como el defensor de las políticas de género. Sin ninguna duda, saben lo que hacen.