El presidente valenciano, Ximo Puig, anuncia una bajada de impuestos a todas las rentas inferiores a 60.000 euros. Es decir, para el 97% de la población valenciana.
Es curioso. Hace cuatro días, Puig pedía sancionar el dumping fiscal, la supuesta competencia desleal de Madrid. Cuatro días después, probablemente haya valorado las consecuencias electorales que puede tener no tocar la fiscalidad en tiempos de crisis.
Y que por mucho que Sánchez y su ministra de Hacienda veten reducir tributos, el que se juega la reelección es el valenciano.
Así que hoy bajar impuestos es muy de izquierdas. Para él, que es del PSOE y para los dos partidos que forman su gobierno, Compromís y Podemos. Bonito ejemplo de hipocresía política.