Sigue la refriega nacional por la cuestión venezolana. El gobierno empeñado en defender a capa y espada la pulcritud de lo acontecido en la embajada venezolana... mientras los populares hablan de connivencia y de ridículo del gobierno por permitir en nuestro suelo coacciones del régimen de Maduro al ganador de las elecciones.
Es imprescindible saber realmente lo que pasó. Por higiene democrática y para no seguir dándole a Maduro la excusa perfecta para desviar la atención. A él le conviene mucho más hablar de España que de actas electorales y de su derrota en las urnas. Y cuando acabe el filón que tiene con nuestro país vendrán otros. En las últimas horas, ha dictado orden de detención contra el presidente argentino Javier Milei. Y dos huevos duros.