La ministra de Igualdad, Irene Montero, condena el asesinato de la pequeña Olivia a manos de su madre. Ha tardado 48 horas y lo daríamos por bueno si no fuera porque ha pedido que no se haga utilización política del dolor de las víctimas. Que es exactamente lo que ha hecho ella estableciendo distingos entre unos asesinatos y otros en función de la autoría.
Asesinar es deleznable sea quien sea la mano ejecutora. Debería saberlo mejor que nadie la ministra de Igualdad. Claro que el cinismo te lleva a acusar a los demás de tus puntos débiles.
No me digan que no es enternecedor escucha a Jaume Asens, portavoz de Podemos, con Alsina llamar sediciosos a los jueces que no nombran a los vocales del Consejo General del Poder Judicial. Él, que viene de la rama catalana de los morados que apoyó y blanqueó a los que si que fueron condenados por sedición en los tribunales.