El número tres del PSOE sigue en Bruselas aguardando a que Puigdemont toque la campanilla del servicio. Cuando lo haga, Santos Cerdá le subirá al fugado el acuerdo de investidura con una amnistía a medida que incluya a todos los que el prófugo quiera. Un infractor que salió de España en un maletero el 29 de octubre de 2017 y que desde entonces sólo ha tenido tiempo para torear a la justicia.
Así que es probable que no esté al día de la realidad de un Estado cuya gobernabilidad tiene en sus manos ahora que por la amnistía va a quedar libre de polvo y paja. Hagamos la buena obra del día e informemosle de que 6 de cada 10 familias se quedan por debajo de la pobreza severa cuando pagan comida y recibos. Entenderá el fugado y el gobierno que le ha rehabilitado -un gobierno que presume de política económica-, que ver lo fácil que cuadran las cuentas los independentistas cuando les perdonan las deudas, por ejemplo, es, para muchos españoles, una cuestión personal.