Seguimos sin conocer el condicionado que España ha pactado con la Unión Europea sobre qué reformas tenemos que abordar y quién las va a vigilar para que nos lleguen los muy golosos 140.000 millones de euros de fondos europeos.
Es costumbre. Ya Pedro Sánchez trató de ser secretario general con urnas colocadas detrás de una cortina, lo que le costó el ostracismo de su partido e incluso impidió el control parlamentario durante la pandemia acción declarada inconstitucional. No me negarán que si un Gobierno tan aficionado a colgarse medallas, procura que esta no luzca en su solapa, es porque no hay nada de lo que pueda sacar pecho ante su parroquia.