El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, remite una carta a las empresas españolas que operan en Israel para advertirles sobre sus actividades. Para que le informen sobre a qué se dedican no vaya a ser que él considere que están colaborando con Israel en el genocidio Palestino.
El Gobierno tiene dificultades para distinguir entre lo público y lo privado. Pretenden alargar la mano controladora de Moncloa sobre todos los ámbitos de nuestra vida. Desde la actividad empresarial hasta ir colocando poco a poco a personas afines al presidente en diversos organismos. Hoy le ha tocado la lotería del nombramiento al coautor del libro sobre su tesis, Carlos Ocaña, que ya es consejero en Telefónica a costa, incluso, de la paridad en el Consejo de Administración.