Seguimos en el capítulo de funanbulismo enloquecido del PSOE con Bildu. Unos días, socios preferentes... otros herederos de ETA. Moncloa defiende con la misma vehemencia una cosa y su contraria. Bildu no ha cambiado. Su esencia, las condenas por terrorismo de sus miembros, su relación con los asesinos es idéntica.
Esta dicotomía venenosa es perfectamente sostenible para los socialistas, pero para el resto de espectadores es de una impudicia difícil de soportar. No porque nos sorprenda. Si no por el desahogo con el que el PSOE lo practica: Hace unas semanas en Ferraz decidieron que los fascistas eran los que hablaban de la relación de Bildu con ETA. Hoy que lo son los que no condenan el terrorismo, por ejemplo, Bildu. Y cuando pasen las elecciones, Bildu volverá a ser un bastón esencial, progresista y al que el PSOE no volverá a discutir.