Día uno después de la convocatoria electoral. PSOE y PP están en campaña. Los socialistas con un vídeo de clara guerra sucia que se titula "mentira" en el que incluyen discursos manipulados, el prestige o el yak 42, volviendo a alerta antifascista a la que en su día se aferró Podemos.
Pedro Sánchez llamando en Twitter ultraderecha a todos los que no comprenden las bondades de su política económica, sintiendo el vacío de sus compañeros que le responsabilizan y se lo hicieron notar en la noche electoral no cogiéndole el teléfono o ignorando tanto a los ganadores de sus filas como de las populares.
En el otro lado del ring, Alberto Núñez Feijóo aclamado a su llegada a Génova, que se enorgullece del respaldo nacional recibido, que propone cambiar el manual de superviviencia por el de la buena política, que pide una mayoría incontestable para darle otro rumbo al país y que tiene a su partido trabado en torno a su figura con un objetivo común.
No están los dos líderes en igual situación. A uno le reciben victorioso. Al otro le piden un comité federal para ponerle nombre a la derrota.