Pedro Sánchez se apunta el tanto de haber puesto coto a la chapuza de la ley del sólo sí es sí. El mensaje tendrá compradores, por supuesto. Pero no es preciso. Lo riguroso es decir que pretende arreglar el desaguisado que él y su Gobierno han organizado. Y lo hacen con un nuevo texto en el que los socialistas reconocen que la norma hasta ahora vigente era dañina para mujeres agredidas o niños abusados.
Sánchez trata de salvar su imagen y obliga al bloque de investidura al papelón de justificar de forma peregrina que igual que apoyaron la ley porque todos estaban de acuerdo ahora van a respaldar su cambio pero oiga, sin dejar en ridículo a Podemos.
Vamos, lo que Pedro diga pero sin dejar mal a Irene. Y ojo, que la mesa del Congreso no ha tramitado hoy los cambios propuestos por el Ministerio de Justicia. Así que el parche se dilata. El parche de una ley mal hecha, insegura, que nadie percibió por incapacidad o por desidia.