Son las dos de la tarde, la una en Canarias. Las ocho de la mañana en Vermont, donde ya están votando los ciudadanos norteamericanos. Son los más madrugadores de estas elecciones que, entre otras muchas cosas y sobre todo, van a decidir si Biden o si Trump.
El aspirante a renovar el cargo se juega la reelección con todos los sondeos en su contra y se ha dedicado a sembrar dudas y alentar sospechas de fraude.
Joe Biden, que no es precisamente una carismática joven promesa, aspira a salir victorioso en este su tercer intento de llegar a la Casa Blanca y a resarcir la frustrante derrota demócrata de Hilary Clinton de hace cuatro años.
Con un clima político caldeado, la sociedad dividida, una crisis económica y una pandemia que gestionar habrá que esperar horas, o tal vez días, para resolver la incógnita: si hay nuevo presidente de los Estados Unidos o si Donald Trump pasa el examen contra pronóstico.