La distancia corta suele ser muy eficaz para persuadir al interlocutor. Pero hay que acompañarla con hechos porque no sólo con simpatía se gana el favor de las gentes. Que se lo digan al Rey. Su prestigio no lo ha ganado por ser muy campechano sino por los servicios al país. Aunque una reputación siempre cuesta más fortalecerla que debilitarla.