Podemos no condena los actos violentos en las calles de varias ciudades españolas. O lo que es lo mismo. Apoyo desde el Gobierno a las algaradas en defensa de un rapero que entre otras lindezas pedía pegar un tiro a un alcalde socialista, Ángel Ros. Le debía caer mal. O defendía a etarras y poner coches bomba a políticos.
Los líderes de Podemos no han asaltado los cielos, pero si el Gobierno gracias a Pedro Sánchez. Las condenas de algunos ministros socialistas esta mañana están muy bien. Pero el elefante sigue en la habitación. En la vicepresidencia del Gobierno más en concreto.
Y suerte que hoy se lo podemos contar. Porque ya saben que Pablo, como dijo ayer en el Congreso, es muy de controlar a los medios. Por si se pasan de críticos.