No sólo no está amparada, sino que de su vida y conversaciones sabe todo el mundo por una grabación con olor a espionaje político. Confiesa en ONDA CERO sentirse aterrorizada e indefensa. Y los demás, asqueados por la pestilencia de una cloaca en la que hieden el fondo (los delitos fiscales cometidos) y la forma (colocar micrófonos al enemigo político).