Todas las encuestas publicadas en las últimas dos semanas, todas, sin excepción, reflejan un vuelco político en España. El bloque de la izquierda perdería su hegemonía en favor de una mayoría absoluta entre PP y Vox. Es verdad. Faltan dos años para elecciones y puede pasar cualquier cosa pero en este momento de nuestra historia, la mayoría de la población apuesta por un próximo cambio.
Por si no repite, Pedro Sánchez trata de asegurarse, como mínimo, finalizar la legislatura, para lo que necesita los votos de socios como ERC a la que sabe contentar a golpe de perdones a sediciosos que lejos de arrepentirse desafían con la promesa de que volverán a hacer lo mismo. Pero para el presidente, permanecer en Moncloa bien vale un indulto.