Por más que el gobierno haya logrado que el interés sea barato lo tendremos que pagar entre todos. Así que estos cinco años de libertad vigilada en los que esas entidades tendrán que demostrar que han aprendido a hacer bien las cosas, es muy poca presión comparada con el daño que su mal hacer ha provocado en clientes, trabajadores que serán despedidos, bancos solventes, que los hay, y el conjunto de la economía del país.