Se lo ha puesto fácil el PSOE hoy al Gobierno. Como mínimo es temerario llegar al Congreso azotando con el caso Bárcenas cuando tienes a toda la dirección en Andalucía y a la presidencia de tu partido camino de ser imputados. La corrupción no debe ser un arma arrojadiza, sino un mal a erradicar. Y mañana los partidos tienen una oportunidad de oro con la ley de transparencia. Claro que el PSOE debe reconsiderar su decisión de levantarse de esa mesa.