Día judicial. Pedro Sánchez recibe a la fiscal general, Dolores Delgado, (nombrada tras atravesar la puerta giratoria que la llevó del Ministerio de Justicia a la fiscalía) y el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, comienza el curso político pidiendo la dimisión del ministro Bolaños por considerar poco democrático que los jueces elijan a su órgano de gobierno.
No consta por cierto que a Bolaños le parezca mal que los diputados elijan a su órgano de gobierno que podríamos equiparar con la mesa del Congreso. No hay ninguna novedad en que los poderes legislativo y ejecutivo traten de controlar a los jueces en la creencia de que si les nombran guardarán fidelidad al partido, percepción cuanto menos discutible. Aquí no hay preocupación democrática. Aquí lo que hay es un afán de insaciable de acumular cuanto más poder mejor.