El próximo jueves Artur Mas, henchido por la manifestación independientista de Barcelona que él alentó, viene a Madrid a exigir un nuevo pacto fiscal. Y para lograrlo está dispuesto a una ruptura con el estado. El Rey, a quien la Constitución española define como símbolo de su unidad y permanencia, cumple su obligación. Hoy advierte sobre el riesgo de dividir fuerzas alentando disensiones sobre si son galgos o podencos. Clarito, clarito, para el que quiera oír.