¿Habéis oído hablar del Síndrome Genovese? Es uno de los conceptos más conocidos de la psicología, también llamado ‘efecto espectador’. A grandes rasgos, viene a explicar por qué nos paralizamos cuando presenciamos una situación de emergencia. Este fenómeno se empezó a estudiar a partir de un asesinato brutal en Estados Unidos. Un crimen que se cometió en Nueva York el 13 de marzo de 1964: El asesinato de Kitty Genovese. Hoy Andrés Moraleda recuerda este suceso en La Cápsula del Tiempo de Por fin no es lunes.
“Durante más de media hora, 38 ciudadanos ejemplares de Queens observaron a un asesino seguir y apuñalar a una mujer en tres ataques distintos en Kew Gardens. Dos veces, sus conversaciones y el brillo de las luces de sus dormitorios interrumpieron y espantaron al asesino. En ambas ocasiones regresó, la buscó y la apuñaló de nuevo. Ni una sola persona llamó a la policía durante el ataque; solo un testigo lo hizo después de que la mujer muriera”, así comenzaba el artículo del New York Times del 13 de marzo de 1964 sobre el asesinato de Kitty Genovese, una joven de 28 años que volvía a casa, de madrugada, del bar en el que trabajaba. Un hombre, Winston Moseley, delincuente habitual, la empezó a seguir y la apuñaló en repetidas ocasiones. Pero ¿cómo es posible que 38 personas presenciaran aquello y no hicieran nada por impedirlo?
La noticia del New York Times fue lo que llamamos hoy una ‘fake news’. Resulta, que la transcripción policial no hablaba de 38 testigos, sino de 38 notas sobre el asesinato en las que se determinaba que la mayoría de los supuestos testigos no podían haber visto aquello “durante media hora” como se decía en el artículo, ya que, por la disposición geográfica de sus casas, no pudieron presenciar el asesinato. De los testimonios que realmente recogió la policía, unos pocos creyeron que se trataba de una pelea de amantes, otros solo oyeron ruidos que no fueron capaces de identificar. Y sí, hubo algunos que se dieron cuenta de lo que estaba pasando realmente allí, pero al menos dos personas llamaron a la policía y también a una ambulancia. Y ojo, Kitty Genovese murió entre los brazos de una vecina que salió a socorrerla.
El Síndrome Genovese o efecto espectador
En 1968, los psicólogos John M. Darley y Bibb Latané publicaron un estudio que quiso dar una respuesta conductual al caso Genovese. Las conclusiones de su investigación revelaron que, si solo una persona oía peticiones de auxilio, el 85% de las personas hacían algo. Si lo escuchaban dos, sólo el 62% de las personas respondían a tiempo. Y en grupos de tres o más testigos, sólo el 31% de los individuos buscaba ayuda para atender la emergencia. Vamos, que nuestra percepción de la responsabilidad de auxilio se diluye a medida que el grupo se hace más grande.
57 años después del asesinato de Kitty Genovese, el New York Times no ha rectificado formalmente su artículo, aunque sí que ha publicado varias piezas cuestionándolo. Pero el daño ya estaba hecho, y aquel terrible suceso se convirtió en una teoría psicológica. Por otro lado, debido a la repercusión que tuvo aquella noticia falsa, policías y bomberos de Nueva York se coordinaron para facilitar las llamadas de emergencias y así se creó el número 911.