La cotización o el valor de algunas criptomonedas se ha desplomado esta semana hasta un 90% haciendo que desaparezcan cerca de 800 mil millones de dólares de golpe. Por eso, muchas entidades reguladoras como el Banco de España o la Comisión Nacional del Mercado de Valores han reiterado que el riesgo de estas monedas digitales es alto, ya que existe un “alto riesgo de pérdida o fraude” ya que “reflejan patrones propios de burbujas especulativas” y no están cubiertas por mecanismos de protección. Hay quien diría que esta de esta película ya conocíamos el final, pero ¿también esto está en el cine? Andrés Moraleda lo analiza en Fuera de Guion de Por fin no es lunes.
El concepto ‘tarjeta de crédito’ aparece por primera vez en la novela de ciencia ficción: ‘Mirando Atrás’ de Edward Bellamy, publicada en 1888. Y no fue hasta principios del siglo XX cuando se inventó y a partir de los años 50 se empezó a popularizar su uso tal y como lo conocemos hoy. Por eso, lo de las divisas digitales, las criptomonedas, es algo que ya hemos visto en la ciencia ficción. Porque tiene su sentido. Con una economía cada vez más globalizada y en un mundo cada vez más grande e interconectado, lo lógico es utilizar una moneda estándar y universal.
¿Cómo pagaban en La Guerra de las Galaxias? Pues con ‘créditos intergalácticos’, divisas comunes controladas por el Clan Bancario Intergaláctico. Lo que ocurre es que, curiosamente, aunque se habla muchas veces de los créditos, casi nunca los vemos, y no sabemos exactamente si hay una moneda física o es una divisa virtual como las criptomonedas. Lo que sí vemos es el ‘chip de crédito’ que viene a ser como la tarjeta de crédito. Este concepto, el ‘crédito’, es el más común para hablar de dinero en las películas de ciencia ficción. Por ejemplo, en Star Trek, se habla de ‘token’ (ficha, en español), que es la unidad de valor que emite una entidad para que tenga una funcionalidad concreta su entorno, ya sea físico o digital.
Las otras criptomonedas de película
Las criptomonedas son un ‘token’, pero también son ‘tokens’ las fichas que compramos en una feria para montar en las atracciones. Sea como fuere, lo que está claro y nos ha enseñado la ciencia ficción es que la tendencia es ir hacia un mundo con unas divisas comunes e informatizadas, ya sean ‘créditos’, ‘token’ o el tiempo, como en la película 'In Time' de Andrew Niccol. En esta distopía, no se paga con dinero, sino con tiempo. Es decir, la gente trabaja por vivir más años, días e incluso horas. Y aunque parezca una barbaridad, no dista mucho de la realidad, pues al final, el tiempo, de vida o de disfrute, lo determina el dinero de alguna manera u otra. Y, por si fuera poco, ahora, además del dinero, hay otro concepto que entra a jugar como es la reputación digital. Ya no todo es la riqueza en términos monetarios, sino lo que proyectamos en la vida digital, como si fuera un capítulo de ‘Black Mirror’.
Parece de ciencia ficción, pero esto ya está pasando de alguna manera. Nuestro yo digital, lo que mostramos en redes, puede determinar cosas como que nos den un crédito o nos acepten en un trabajo. Por eso, lo de un 'Tripadvisor personal', como en el capítulo 'Nosedive' de 'Black Mirror', no está tan lejos de la realidad. Y que terminemos comerciando con nuestra puntuación digital, tampoco. Eso si no arrasamos el mundo con una guerra nuclear, que entonces habría que volver al intercambio de bienes como en Mad Max. Pero volviendo a lo de las criptomonedas, lo que está claro es que la realidad se acerca cada vez más a la ficción. Y sí, la ficción también ha alertado de los peligros del dinero digital, de las estructuras digitales que nos dominan y la fragilidad de estas en caso de que alguien quiera reventarlo todo, como en la serie 'Mr. Robot'.