Aunque tenga el cerebro frito por el calor y la falta de sueño, sí, esta semana hay que demostrar que todo está en el cine. Incluso las olas de calor.
Por ejemplo, James Stewart en ‘La ventana indiscreta’, estaba convaleciente y observando la vida a través de la ventana. Eso sí, con la persiana bien bajada.
En la obra maestra de Alfred Hitchcock, Stewart interpretaba a un fotógrafo postrado en una silla de ruedas con una pierna rota. Y como estaban en plena ola de calor, todas las ventanas de la ciudad estaban abiertas de par en par, lo que alimentaba el voyeurismo del protagonista.
El calor, además de ‘aplatanarnos’, nos irrita y lleva al límite. Y si a eso le sumamos los atascos y las obligaciones del día a día, muchos nos hemos imaginado esta semana como Michael Douglas en ‘Un día de furia’, explotando a la mínima con cualquier tontería.