La noticia de que un menor de Castellón se ha convertido en el primer ingresado por adicción a los videojuegos (concretamente el Fornite) viene a confirmar la existencia de un problema del que cada vez se habla más. Y Andrés Moraleda, que todo lo piensa en clave de cine, nos recuerda cómo ha tratado la ficción este tema en 'Fuera de guion' de Por fin no es lunes.
Para recordar las primeras películas sobre videojuegos y mundos virtuales tenemos que remontarnos a los años 80, con producciones como 'Tron' (Steven Lisberger, 1982) o 'Juegos de Guerra' (John Badham, 1983). Estas películas, aunque innovadoras y entretenidas, no abordaban los problemas de la adicción a los videojuegos. Evidentemente, todavía estábamos descubriendo los mundos digitales y los problemas eran otros.
No es tanto cuánto jugamos a videojuegos sino cómo jugamos
Para conocer cómo el cine ha tratado el tema de la adicción a los videojuegos Andrés Moraleda nos trae dos películas. La primera es ‘Ready Player One’ (Steven Spielberg, 2018), que muestra un mundo (año 2045) en el que la gente vive hacinada en ciudades y se evade de la realidad jugando a un videojuego de realidad inmersiva, donde todo es posible. El mensaje de la cinta es que por muy estimulante que sea la realidad virtual, no puede sustituir a la realidad, a secas. Es decir, limitar el tiempo de uso de los videojuegos.
Pero como poner limitaciones al uso de los videojuegos es algo que se puede hacer alegremente en China, pero en el mundo occidental se antoja complicado, Andrés recuerda una película que habla no del tiempo que pasamos jugando online, sino de qué hacemos cuando jugamos: ‘Free Guy’ (Shawn Levy, 2021) tiene como protagonista a un personaje no jugable dentro de un videojuego (interpretado por Ryan Reynolds) que toma conciencia de sí mismo y se rebela contra la violencia del juego. Y este es el tema: la violencia y los comportamientos que se dan los mundos virtuales y sus posibles consecuencias en la realidad.