El colaborador habitual de Por Fin No Es Lunes afirma que necesita otra Semana Santa para poder recuperarse de las vacaciones y que corremos demasiado. Por eso se ha imaginado en la cueva, donde ha estado Beatriz Flamini durante quinientos días, vestido de un color verde o un naranja.
Al hilo de esta imagen, Boris Izaguirre, dice que no hemos aprendido nada del confinamiento si pensamos en la capacidad para relajarnos y que vivimos un siglo en torno a la ciencia ficción.