S-A-S-T-R-E-R-Í-A. Sastrería: taller del sastre. Sastre: persona que confecciona a medida trajes; sastre o remendón a medida que quiere decir... que quiere decir cumpliendo patrón imaginado, ideado o creado. La iconografía nació en un cajón de sastre. Sobre esto no hay dudas; su aguja y dedal sí. Desastre: consecuencia de algo mal planteado inicialmente, desastre el tuyo, persona desastre, tú o yo. ¿Desastres? Los que han ido modificando el transcurrir del tiempo: desde el meteorito hasta Wuhan. Desastrería: lugar donde se desata la histeria, taller que recluta al imaginario común de recrear las distintas formas del mal y lo hace a medida, bien ceñidito, para lucir.
Si coincidimos en el espectro reflexivo del sabio Sabino, convendremos en que el maniquí del diablo ya es el menos utilizado para proyectar mal. Están ahora los zombies -dicen-, los alienígenas, hasta el IBEX 35 y añado a los hipócritas o malinterpretadores del mundo actual. Púa en alto, Sabino; abro interrogación: ¿Qué es esto de que el diablo ha colgado sus intenciones? ¿Entonces quién ostenta el poder de la perspicacia? ¿Es esto o es que ahora lo que hay son diablos distintos? El que cada unos se ha diseñado o los que nos intentan colar. Permítame que le diga que hay quienes creen que el cielo está en el infierno y que la luz es una aburrimiento ¿Qué está pasando para llegar ahí? Puestos, el cielo y el infierno, a veces, parecen estar en el mismo andén.