POR FIN NO ES LUNES

Sabino Méndez: "Habría que desear que la caligrafía no desapareciera, como tampoco lo han hecho los discos de vinilo"

Nuestro sabio de guardia, Sabino Méndez, reflexiona en 'Por fin no es lunes' sobre la grafología, la caligrafía y la alfabetización. ¿Han sido superadas estas artes por la era de la tecnología?

ondacero.es

Madrid | 28.11.2021 11:16

Nuestro sabio de guardia, Sabino Méndez, reflexiona en 'Por fin no es lunes' sobre la grafología, la caligrafía y la alfabetización. ¿Han sido superadas estas artes por la era de la tecnología?

"Ya escribimos mucho menos a manos", exponía el sabio apuntando que "todos los que son ahora joven usan el teclado del móvil para escribir cuando en realidad, ni siquiera es un teclado porque no tiene teclas, sino letras dispuestas en una pantalla táctil". Y es que, desde el origen de las primeras civilizaciones, la escritura ha formado parte esencial de la, desde entonces, relativamente rápida evolución humana, motivo por el cual Sabino defiende su conservación como una habilidad especial y necesaria.

"Escribir a mano es una operación especial y compleja en tanto que permite dibujar los sonidos que empezamos a utilizar en la época de las cavernas para comunicarnos", ha dicho. Lo cierto es que no resulta extraño que incentivara la evolución humana si consideramos que "se trata de una operación psicomotriz en la que intervienen las manos, la, vista, el discurso lógico del lenguaje del cerebro", ha apuntado.

Grafólogos vs peritos caligráficos

Aunque la escritura en sí misma no ha desaparecido, es un hecho que el arte de la caligrafía está en peligro de extinción: "Primero vino la máquina de escribir, pero luego llegaron los emails, los SMS y los Whats App que nos alejaron de lo bonito que es dibujar las letras", ha indicado el sabio alegando que, además, la escritura nos permite conocer de algún modo a la persona que dibuja estos signos. En cualquier caso, señalaba la importancia de diferenciar el oficio del grafólogo del oficio del perito caligráfico

"Los grafólogosaseguran poder deducir nuestra personalidad a partir del examen de nuestra letra; en cambio, el perito caligráfico busca de una manera científica rasgos comunes en la escritura de una persona para, con esa plantilla de regularidades, ayudar a su identificación y determinar si una firma está falsificada o no", ha explicado.

"Podíamos decir que entre los grafólogos y los peritos caligráficos existe la misma diferencia que entre un astrólogo y un astrónomo: uno es ciencia y el otro fantasía", ha apuntado después.

Sobre el arte de escribir

Nuestro sabio de domingo ha explicado que la escritura, en realidad, es un invento relativamente reciente datado en torno al año 3.000 antes de Cristo. De hecho, al principio ni siquiera exisrtía un alfabeto, sino un conjunto de signos jeroglíficos que permitían expresar por escrito las distintas ideas. Así pues, fueron los fenicios, unos 750 años del auge de la cultura de la Antigua Grecia, quienes asociaron un dibujo a cada sonido emitido al hablar facilitando la tarea de escribir, pero para los números hubimos de esperar unos siglos más, hasta la llegada de los árabes. "Intenta tú hacer una simple división de dos cifras con los números romanos y verás lo complicado que resulta", bromeaba el sabio.

Sin embargo, transcurrieron muchos siglos más antes de que la alfabetización se extendiera a nivel global y, consecuentemente, la escritura se hiciera accesible, en términos generales, al conjunto de la sociedad.

"Todavía en 1931 la tasa de analfabetismo en España era de un 30 por ciento" ha expuesto Sabino. "Aunque hacía siglos que se había escrito Hamlet, uno de cada tres españoles seguía sin tener los medios para acceder a su lectura", puntualizaba para a continuación, defender la importancia de la alfabetización: "favorece la reflexión de las ideas porque cuando estas se recogen en un documento es más fácil reexaminarla, cuestión que era mucho más complicada en la tradición oral porque dependíamos de nuestra memoria". Asimismo, ha subrayado que "con la escritura resulta posible cambiar nuestras opiniones y modificarlas para no equivocarnos en tanto que permite leer, repasar y desarrollar el sentido crítico".

En definitiva, aunque a nivel histórico, el tiempo de la alfabetización constituye un pequeño momento de la humanidad, ha sido de un enorme brillo. Por eso, concluye Sabino, "yo creo que habría que desear que la caligrafía no desapareciera, como tampoco lo han hecho los discos de vinilo".