Por fin no es lunes se desplaza hasta Orihuela, la tierra de Miguel Hernández, el lugar que se encuentra a los pies de una montaña, una "montaña mágica" que dejó "impactado" a Boris Izaguirre la primera vez que la descubrió: "Tengo fascinación por las montañas porque te ayudan y te protegen".
El colaborador relata las pautas que sigue él cada vez que se pone a escribir, aunque difieren un poco de las que solía tener Miguel Hernández: "Yo me pongo a Marta Sánchez y a Paulina Rubio porque me encantan, me acompañan muy bien".
También resume la que ha sido su semana como una de las "más locas" que ha tenido, ya que confiesa encontrarse en una "especie de confusión estilista" para lo que necesitaría un "estilistas las 24 horas del día" o a ser posible "un mayordomo, como el de Batman; sería genial".