Buenos días de Luz y de Color. Quedan 362 días para finalizar el año y algunos vienen queriendo alargar el 2020 haciéndonos al resto de ravear. Pero no insistiré más, lo dejaré en que hay un síndrome del desapego preocupante por parte de algunos y que el justos por pecadores no es una balanza sino un péndulo configurado mediante una varilla de PCR.
El allá cada cual… que a cada uno le va más cualquier destino que el mas allá. Pero en fin, para algo existen los 3 de enero… Para ver si a la tercera nos entra en la cabeza. Para recordarnos que un día como este pero de 1496 Leonardo Da Vinci probó por primera vez su máquina voladora. Él no lo sabía, pero para los sabedores, había inventado a Batman...Pero lo importante del invento no era esto, sino las horas de observación que dedicó, empatizando tanto con los pájaros para su ornitópero, que el despegue y el planeo le parecían algo extraordinario para imitar de la naturaleza.
Por intentar algo así de original, pongamos a disposición más cables, palancas y poleas para construir y menos cuerdas que titericen la realidad. Lo supo entonces Leonardo cuando vio inviable que el ser humano fuera capaz por si mismo de generar la energía suficiente para hacer funcionar el cacharro. Y nos dejó una gran lección: el diseño del ahora ya tiene que tener en cuenta que lo que deseamos o imaginamos ha de coincidir con el plan del sentido común y el constante despegue la coherencia.