Estamos en un momento histórico de la exploración espacial. Si todo va bien, tres misiones coincidirán en Marte el próximo jueves, cuando el Rover Perseverance de la NASA aterrizará en el Planeta Rojo.
Allí le esperan la sonda Hope, de Emiratos Árabes Unidos, que ingresó en la órbita marciana el pasado martes, y el orbitador Tianwen 1, que el miércoles hizo lo propio y convirtió a China en el sexto país en alcanzar el Marte.
Son tres misiones muy distintas que analizarán, entre otras cosas, la atmósfera del planeta rojo o su geología. Pero será Perseverance quien podría proporcionarnos en los próximos años alguna pista sobre si existe o existió vida en Marte. Una cuestión que el ser humano lleva intentando responder desde hace muchos años. Hoy, los indicios parecen indicar a que la vida microbiana fue y es posible en el Planeta Rojo, pero hace poco más de un siglo, parte de la comunidad científica pensaba que allí había una civilización avanzada.
El investigador del Centro de Astrobiología del CSIC Carlos Briones, que en su último libro se hizo la pregunta de ‘¿Estamos solos?’, cuenta la historia de unos científicos que creyeron haber respondido a esa cuestión.
A principios de los años 60 llegaron las primeras misiones a Marte, y pudieron fotografiar la superficie del planeta.
Desde los años 70, la exploración espacial ha aparcado ese viejo anhelo de responder a la pregunta de si estamos solos. Ahora parece que la vida extraterrestre vuelve a estar de moda.
