El lunes 19 de septiembre se celebra el funeral de estado en honor a Isabel II en la Abadía de Westminster (Londres). Es la culminación de más de una semana de actos fúnebres para despedir a la que ha sido monarca del Reino Unido durante 70 años y 214 días. Un largo reinado en el que la reina visitó multitud de países. Y sí, también España como recuerda Andrés Moraleda en la Cápsula del Tiempo de Por fin no es lunes.
¿Cuántas veces visitó la Reina Isabel II España? Una. Y fue una visita histórica. La primera (y última, de momento) de un rey inglés a nuestro país. Fue hace 34 años, el 17 de octubre de 1988. Cinco días en los que recorrió Madrid, Sevilla, Barcelona y Mallorca. Y le dio tiempo a hacer muchas cosas como visitar el Monasterio de El Escorial y el Museo del Prado, asistir a una muestra de flamenco en los Reales Alcázares de Sevilla y visitar las obras de la villa olímpica de Barcelona, donde dicen que Isabel II le pidió al entonces alcalde, Pascual Maragall, varias camisetas de Cobi para sus nietos.
Muy buen rollo en la única visita de Isabel II a España. Buen rollo con su primo lejano (cuarto) Juan Carlos I (ambos son tataranietos de la Reina Victoria). Y muy buen rollo de Isabel II para con nuestro país cuando se dirigió al Congreso de los Diputados, donde elogió nuestra historia y también le echó flores a nuestra joven democracia y a la Transición. Todo muy correcto y armonioso hasta que el por aquel entonces presidente del Congreso de los Diputados, Félix Pons, sacó el tema de Gibraltar.
La polémica visita de Isabel II a Gibraltar
Aunque el buen rollo entre las monarquías británica y española era evidente, el tema de Gibraltar estaba ahí. No habían pasado ni 7 años desde que Juan Carlos I rechazara la invitación a la boda del Príncipe Carlos con Diana de Gales porque estos tenían planeado realizar la primera parada de su luna de miel en Gibraltar a bordo del yate real Britannia. Y dicen las malas lenguas que Isabel II se cogió un rebote de narices y dijo algo así como: “es mi hijo, mi yate y mi roca”. Una roca que se precisamente fue la última escala del viaje de coronación de la reina en abril de 1954.
Evidentemente, aquella escala no le sentó muy bien al dictador Francisco Franco. Tanto, que el 30 de abril de 1954, se cerró el consulado de España en Gibraltar (y todavía sigue cerrado). La idea era que cuando llegara la reina, no hubiese consulado y que, por lo tanto, la ausencia del cónsul no supusiera una ofensa. Porque Franco no quería ofender ni al Reino Unido ni a Isabel II. Por eso, además de lo del consulado, decidió dirigirse a la monarca a través del Diario Arriba, con el pseudónimo de Macaulay:
"Nadie le habrá señalado a Su Majestad que La Línea es un barrio bajo de la Roca y que Gibraltar tira su basura a La Línea: que durante dos siglos Gran Bretaña ha explotado la miseria de La Línea pagando menos a los trabajadores de ese pueblo y, lo que es peor, que se ha aprovechado de la necesidad engendrada por la pobreza para satisfacer las ansias animales de los soldados y marineros de Su Majestad, la reina Isabel II. Si la reina comprendiera la realidad de la situación se le llenaría el corazón de amargura", rezaba uno de los artículos escritos por Francisco Franco, alias Macaulay, en el Diario Arriba.