La conocida como 'Fiesta del Cine', que ahora se llama ‘Yo voy al cine’, ha sido todo un éxito. Celebrada los días 27, 28, 29 y 30 de septiembre, los espectadores han vuelto a llenar salas disfrutando de entradas a precios hiper-reducidos (3,50€). 964.315 españoles han asistido a los cines durante la campaña, se ha incrementado un 241% la cifra de asistentes respecto a la semana anterior y ha sido la mejor semana desde la reapertura de los cines, aunque todavía estamos en cifras inferiores a las de la pre-pandemia. Buenos datos gracias a esta campaña y a una cartelera muy interesante en la que ha triunfado 'Dune'.
'Dune' es la esperada adaptación del director canadiense Denis Villeneuve de la novela de Frank Herbert (1965), una de las historias más épicas de la ciencia ficción. Una historia en la que se mezclan la política, la religión, la magia, los sueños… Y todo a lo grande. La versión de Villeneuve era tan esperada porque 'Dune' ya se había adaptado al cine en los 80. Y es que la de esta película es una de esas historias casi imposibles de adaptar al cine. Por eso, Andrés Moraleda le dedica la Cápsula del Tiempo de Por fin no es lunes a recordar esta tortuosa adaptación al cine y otras grandes producciones que no llegaron a las salas de cine (y no fue por que no se intentara).
En 1984, el productor Dino de Laurentiis le encargó a David Lynch la adaptación de 'Dune' (Lynch venía de dirigir ‘El hombre elefante’). El resultado es cuanto menos inquietante. ¿Por qué? Efectos especiales de serie B incluso para la época (ya se habían estrenado las tres primeras entregas de Star Wars), un reparto demencial (con el cantante Sting haciendo de uno de los villanos), y un montaje caótico. Lynch entregó una película de 5 horas y le obligaron a dejarla en 2 y media como mucho. Por lo que sea, eso terminó resultando en un guirigay incomprensible.
La Dune jamás rodada de Alejandro Jodorowski
La 'Dune' de Lynch fue un fracaso de taquilla en su momento, aunque hoy hay quien la considera un clásico de culto. Estaba claro que era pronto para hacer una adaptación tan ambiciosa de la novela de Herbert, pero es que ese no fue el primer intento. A principios de los 70, 'Dune' cayó en las manos del chileno Alejandro Jodorowski, un artista de lo más ecléctico que ha hecho: cine, teatro, poesía, novela, ensayo, música, filosofía, títeres… y ha ejercido como mimo, psicólogo, dibujante, pintor, escultor y psicomago.
Total, que el tipo estuvo 5 años trabajando en una adaptación de 'Dune' que iba a ser tan caótica como el propio personaje. La película iba a durar 12 horas. En el reparto estarían Orson Welles, Mick Jagger, David Carradine y Salvador Dalí. La parte visual correría a cargo del dibujante francés de comics Moebius. Y la banda sonora de Pink Floyd.
Otras grandes historias casi imposibles de llevar al cine
Si hablamos de grandes historias hay que hablar de Orson Welles, que se quedó con la espina de rodar ‘El corazón de las tinieblas’ (que en el 1979 adaptó Coppola en ‘Apocalypse Now’) y, sobre todo, su ‘Don Quijote’, que llegó a empezar a rodar pero quedó a medias con su muerte. En 1992, el mítico Jesús Franco intentó reconstruirla según las instrucciones de Welles.
Hablando del Quijote, hay un proyecto muy loco que es ‘El Hombre que mató a Don Quijote’, una superproducción del Monty Python Terry Gilliam, que empezó a rodarse a finales de los 90 y se estrenó en 2018. 20 años después. ¿Por qué? El equipo del rodaje (en el desierto de las Bardenas, Navarra) se perdió en una inundación en el año 2000. Jean Rochefort (Don Quijote) no podía rodar montado a caballo porque tenía una doble hernia discal. Cuando le sustituyeron por John Hurt, este tuvo que abandonar porque le diagnosticaron un cáncer. Vamos, que el proyecto estaba maldito.
La adaptación de 'El Señor de los Anillos' no estaba maldita, pero antes de que Peter Jackson consiguiera llevarla a buen puerto, pasó por muchas manos. Unas de esas manos fueron las de Stanley Kubrick, que a finales de los 60 pensó que era buena idea hacer una versión de El Señor de los Anillos con los Beatles de protagonistas. Ojo al dato: Paul McCartney era Frodo, Ringo Starr era Sam, George Harrison iba a ser Gandalf y John Lennon... Gollum. Menos mal que esto no llegó a buen puerto. O sí.
Pero quizás la mejor película nunca rodada favorita es otro proyecto inconcluso de Stanley Kubrick, que, de momento, nadie ha conseguido terminar. Fue su gran obsesión. Hacer una gran película sobre Napoleón Bonaparte. Llegó a escribir un guion, a recopilar un banco de datos con 17.000 imágenes de personajes, fotos y dibujos de modelos de uniformes de los distintos ejércitos, 15.000 fotografías de localizaciones. Incluso llegó a mandar cartas a los actores que quería: por ejemplo, a Audrey Hepburn la quería como Josefina (Audrey lo rechazó). Tan en serio iba el proyecto que ya había contactado con el ejército rumano (donde se iban a rodar las escenas de batalla) para que hiciesen de extras. Pero la Metro le dijo a Kubrick que el presupuesto se iba de las manos. Así que el director decidió reciclar el material que ya tenía para hacer llevar al cine otra historia de la época de Napoleón y acabó filmando una de sus mejores películas: 'Barry Lyndon'.