Los viajes del Imserso podrían estar en peligro. La decisión del Ministerio de Derechos Sociales de Ione Belarra de ofertar más de 820.000 plazas sin recoger una subida de precios que, al menos, se ajuste a la inflación, ha provocado que los hosteleros se planten ante lo que denominan “una ruina técnica y económicamente inviable”. Actualmente, los hoteles solo reciben unos 22 euros por día y jubilado, cuando los informes del sector calculan que el coste se sitúa entre 32 y 40 euros. Esta diferencia puede hacer peligrar un programa que lleva en marcha más de 35 años como recuerda Andrés Moraleda en la Cápsula del Tiempo de Por fin no es lunes.
Los viajes del Imserso nacieron en 1985 en un momento que también era complicado económicamente hablando. Sobre todo, para los más mayores. En 1985, la pensión media en España era de poco más de 33.000 pesetas al mes (unos 200 euros al cambio). Por eso, el Gobierno, reformó las pensiones actualizándolas al IPC y calculando la base reguladora en función de los 8 últimos años (y no de los 2, como estaba antes). Una reforma que no contentó a todo el mundo. Nicolás Redondo, secretario general de la UGT y diputado socialista, rompió la disciplina de voto y dijo NO a la reforma. Fue una de las primeras rupturas del gobierno de Felipe González con los sindicatos.
Los primeros viajes del Imserso
Y con este clima el por aquel entonces alcalde de Calviá (Mallorca), Paco Obrador, también del PSOE y secretario de UGT en Baleares, se plantó en el despacho de Joaquín Almunia, ministro de Trabajo, para plantearle otra cuestión relativa a los jubilados. Obrador cuenta en la Cápsula del Tiempo que la iniciativa surgió como algo económico, para combatir la temporalidad del turismo en esta y otras localidades.
Así arrancó el programa piloto de los viajes del Imserso en la temporada 1985/1986. Lo hizo con 19 hoteles y 16.000 plazas: 11.000 en Mallorca y 5.000 en Benidorm. Una localidad que se ha convertido en el emblema de este programa y que como recuerda su por entonces alcalde Manuel Catalán, se benefició enormemente de este programa. Los viajes del Imserso fueron un éxito económico para las localidades que los acogieron. Ese era el objetivo inicial, pero ese éxito económico pronto se convirtió en un servicio social muy importante.