Todo lo que está pasando en Ucrania lo conocemos gracias al trabajo de los corresponsales en el terreno, pero en esta guerra, como en otras tantas, la desinformación y la censura a través de internet están provocando que millones de ucranianos no puedan acceder a información fiable del conflicto. Por eso, más que nunca, es necesaria la radio, como recordamos en la Cápsula del Tiempo de Por fin no es lunes con Andrés Moraleda.
La BBC, la radio pública británica, ha incrementado sus emisiones de onda corta para ‘hackear’ la censura rusa y hacer llegar la información a todo el territorio ucraniano. Un sistema que ha sido esencial en tantos y tantos conflictos en los últimos 100 años. Y es que la onda corta, a diferencia de otras bandas de radiofrecuencias, no emite horizontalmente, sino que proyecta las ondas sobre la ionosfera y estas rebotan sobre el lugar del planeta que se desee. Esto permite que la señal llegue a largas distancias y no se dependa de repetidores o centros emisores relativamente cercanos como los que ha bombardeado Rusia recientemente. A cambio, la onda corta tiene una peor calidad de sonido que otras bandas, pero es muy difícil de interferir y eso ha sido clave en varios momentos de la historia, como nos cuenta en la Cápsula del Tiempo el doctor en periodismo y profesor de radio de la Universidad CEU San Pablo José María Legorburu, antiguo compañero de los servicios informativos de Onda Cero.
La propaganda radiofónica en el siglo XX
Como nos cuenta Legorburu, ya desde los inicios de la Revolución Rusa, Lenin utilizaba la radio como medio propagandístico tanto dentro como fuera de su territorio. Los nazis copiaron estas técnicas que se hicieron muy populares durante la Guerra Fría. Pero no todos los países que han empleado la radio y la onda corta han tenido objetivos propagandísticos. El servicio mundial de la BBC se creó en 1932 como Servicio Imperial con el objetivo de informar a todos los territorios del Imperio Británico (la Commonwealth). Y un año antes, en 1931, la Santa Sede creó Radio Vaticano con un objetivo meramente evangelizador. Pero es verdad que el uso propagandístico de la radio es muy goloso para cualquier estado y sobre todo lo era en la época de la Guerra Fría, donde la batalla ideológica también se dio en la onda corta a través de emisiones oficiales y clandestinas.
Entre esas emisiones clandestinas estaba la de Radio España Independiente, o la Pirenaica, que se colaba en la España franquista desde el otro lado de los Pirineos y que estuvo dirigida en un primer momento por la dirigente comunista Dolores Ibarruri, la Pasionaria. De la misma manera, Radio Nacional de España tenía un servicio exterior que hoy se conoce como Radio Exterior de España. También está jugando un papel clave en Ucrania con sus emisiones en onda corta, que es verdad que no pasaban por su mejor momento. Pero si el video no mató a la estrella de la radio, internet tampoco podrá con el poder de las ondas hertzianas, capaces de llegar a los lugares que otras tecnologías no pueden alcanzar.