¿Cuánto tiempo queda para que los españoles salgamos a la calle para manifestarnos contra la subida del precio de la electricidad? Independientemente de guerras políticas, el encarecimiento de 'la luz' es un problema que afecta a todos los sectores de la población. ¿Es que España es poco protestona? Respondemos a esta pregunta en la Cápsula del Tiempo de Por fin no es lunes con Andrés Moraleda.
Porque en España salimos a la calle mucho más de lo que creemos y no solo a celebrar éxitos deportivos. Según datos de la Encuesta Social Europea (ESS), España está a la cabeza europea en asistencia a manifestaciones. Sin embargo, a diferencia de nuestros vecinos franceses, nuestra sociedad civil es frágil. Tenemos una de las tasas de asociacionismo más bajas de Europa. Es decir, protestamos mucho, pero nos comprometemos poco.
Nuestra protesta es, en general, pacífica. Mucho menos violenta que en países de nuestro entorno como Francia, Grecia o Italia. ¿Y por qué protestamos? Pues los motivos han cambiado a lo largo de la historia, por eso recurrimos a la Cápsula del Tiempo para conocer las movilizaciones sociales más históricas de España.
Las primeras huelgas generales
El pueblo español ha salido a la calle a protestar desde que España es España, pero la primera huelga general que se dio en nuestro país fue en 1885, durante el reinado de Isabel II (en el gobierno de Baldomero Espartero en el Bienio Progresista). Fue una protesta de carácter ludista, en contra de la introducción de máquinas en procesos productivos y la revolución industrial. Fue una huelga que se dio en Cataluña y cuyo detonante último fue la represión del movimiento obrero por parte del capitán general de Cataluña, Juan Zapatero, conocido como ‘General Cuatro Tiros’
Avanzamos hasta 1917 para recordar una huelga que, más que huelga, fue una revolución. La Primera Guerra Mundial generó un aumento de las exportaciones que desabasteció al país. El precio de las patatas o el azúcar aumentó más de un 150% entre 1914 y 1917, mientras que los salarios solo lo hicieron entre un 20 y un 40%. También había un hartazgo generalizado por la Guerra del Rif.
El balance: más de 70 muertos, 150 heridos y 2000 detenidos. La revolución provocó que Alfonso XIII sustituyera al conservador Eduardo Dato por el liberal Manuel García Prieto al frente de un gobierno de concentración nacional. Lo dicho, más que una huelga, fue una revolución. Y si hablamos de protestas, tenemos que avanzar hasta los años 80.
La huelga general de 1988 y las protestas sociales en democracia
En la transición y los años 80, la protesta social española estaba, sobre todo, organizada desde los sindicatos y organizaciones de trabajadores. La más importante fue la histórica huelga general de 1988. Y es que el seguimiento fue tan masivo, que hasta Televisión Española paró. A las 12 de la noche del miércoles 14 de diciembre de 1988, TVE se fue a la carta de ajuste. Comenzaba así la huelga más masiva de la historia de la democracia. Como dijo Chema de la Parra, secretario de organización de Comisiones Obreras, se pararon “hasta los relojes”.
8 millones de trabajadores, un 95% de la población activa, secundó los paros convocados por Comisiones y UGT. Unos paros motivados por el Plan de Empleo Juvenil que dos meses antes había aprobado el gobierno de Felipe González. Un gobierno que llegó a tambalearse con la huelga general del 88, a pesar de que el PSOE logró revalidar la mayoría absoluta en las elecciones generales de 1989, aunque se dejó muchos votos.
La España protestona en los últimos años
Las movilizaciones sindicales siguieron haciendo mucho ruido en los años siguientes, aunque en la década de los 90 los españoles salimos a la calle a protestar, sobre todo, contra el terrorismo. Y es que, si la causa es justa (y no está muy politizada), el pueblo español se moviliza masivamente. Así, las movilizaciones populares más masivas de la historia de España han sido contra los crímenes de ETA, contra la Guerra de Irak, en repulsa por el golpe de Estado del 23-F, condenando el desastre del Prestige, por los atentados del 11-M, y contra la corrupción y en favor del cambio político en plena crisis económica.
Pero desde hace unos 15-20 años, la España protestona ha cambiado. Sectores políticos conservadores que no solían recurrir a las manifestaciones, se lanzan cada vez más a la calle. Los sindicatos cada vez movilizan menos y las protestas tienen un carácter más identitario. En los últimos años es difícil recordar una protesta ciudadana capaz de poner de acuerdo a casi toda la sociedad española. Quizás el 8-M (y ni con esas ha escapado a la polarización que vivimos). La subida del precio de la luz nos afecta a todos y por eso nos preguntamos ¿no éramos los españoles tan protestones?