En Por fin no es lunes nos vamos de viaje a un lugar que está rodeado de misterio. EnCarretera Secundaria nos trasladamos a Matandrino, una aldea que está a la venta y que fue abandonada hace casi 60 años. Su última moradora, la señora Gregoria, se fue en 1963, cuando la televisión en España todavía era en blanco y negro. Allí, en este pueblo a 3 kilómetros del municipio de Prádena, llegó a haber 9 casas habitadas y 45 vecinos viviendo. Hoy no queda ni rastro. Ni un alma. O quizá sí. Porque en las calles de este pueblo deshabitado han aparecido unas estremecedoras y escalofriantes imágenes. Unos personajes, misteriosos y enigmáticos, en actitudes un tanto extrañas. ¿Serán espectros, espíritus o quizá fantasmas del pasado?
¿Qué ocurre en Matandrino? Sus calles abandonadas están llenas de gente. Una mujer se confiesa mientras otra espera su turno. Un niño regresa de la escuela caminando con la mochila al hombro. Una mujer vestida de negro tiende las sábanas en una casa en ruinas. Un grupo de amigos brinda sentado en mitad de un campo. Dos personas con ropajes antiguos charlan tranquilamente en una ventana. ¿Serán estos personajes reales? ¿Qué se esconde detrás de estas imágenes?
Un paseo virtual a través de Google Maps nos permite descubrir estas extrañas imágenes que se han hecho virales en las redes sociales. Durante días ha sido toda una incógnita. Hasta que al final se ha resuelto el misterio. Ni fantasmas, ni criaturas sobrenaturales ni extraterrestres. Son personas de carne y hueso y forman parte de una iniciativa que pone en valor los pueblos abandonados de España.
Los despoblados
Este proyecto de arte se llama “Los despoblados” y su autora es Elena Kendall-Aranda, artista visual, de madre española y padre estadounidense, que vive en Nueva York. En Por fin no es lunes hemos hablado con ella y nos ha contado que este proyecto surgió en 2016 durante una residencia artística. Elena descubrió que había casi 3.000 pueblos abandonados en España a punto de quedar en el olvido y quiso mantener viva su memoria. Lo hizo través de la capacidad única de internet para navegar a través del tiempo y el espacio, y jugar con los límites entre la práctica del archivo y la producción creativa.
Elena seleccionó cinco pueblos. Además de Matandrino, Oreja, El Alamín, Boñices y Tobes. Se sirvió de ungrupo de actores voluntarios para dar vida a los habitantes de estos lugares. Les fotografió y a través de Street View de Google Maps creo un espacio en línea donde los visitantes de internet puedan pasear virtualmente por estos pueblos entre habitantes fantasmas recreados. ¿Quieres conocer más detalles acerca de este trabajo?