No ha sido fácil. Han sido dos años de lucha, dos años de batalla judicial entre un vecino y el Ayuntamiento de Igüeña. El litigio se ha generado por la solicitud de un empadronamiento. Por la petición de un vecino de ser dado de alta en el censo de población de Los Montes de la Ermita. Esta localidad, perteneciente a la comarca del Bierzo, quedó despoblada en 1981. Hace más de 40 años, cuando se marcharon los últimos vecinos que quedaban. Eran dos hermanos solteros que después de llevar dos años viviendo completamente solos en el pueblo decidieron abandonarlo.
El pueblo subsistía gracias a la ganadería y a las minas, pero cuando éstas cerraron, los vecinos se fueron a las localidades cercanas a buscarse la vida. Aunque, Los Montes de la Ermita quedó deshabitado, muchos vecinos lo utilizaron como segunda residencia, acudiendo los fines de semana o los periodos vacacionales. Desde 1981, el pueblo jamás volvió a tener vecinos oficiales. Hasta ahora, que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha dictado sentencia y ha obligado al Ayuntamiento de Igüeña a dar de alta en el padrón a este vecino que lleva peleando desde hace años. Por fin, Abel Crespo (que así se llama) puede estar orgulloso de ser el único habitante inscrito oficialmente en el censo de Los Montes de la Ermita. O al menos eso es lo que espera, porque el ayuntamiento ya ha anunciado que piensa recurrir la sentencia.
En Carretera Secundaria hablamos con Eusebio Crespo, hijo de Abel Crespo y Carlos González-Antón, abogado de la familia, que ya ha pedido la ejecución provisional de la sentencia. Una sentencia que abre la puerta a que otros vecinos, que también llevan años solicitando el empadronamiento en el pueblo, lo hagan oficialmente.
