A Bibiana Fernández se le nota. Tiene un aura que huele a mar y a bronceado. Ella misma confiesa que se siente como cuando era una niña y visitaba el mar, un acontecimiento a celebrar. Y ahora también, porque al fin puede relajarse en la arena gracias a que se han abierto las fronteras entre las comunidades.
Nos cuenta que allí todo es ''un remanso de paz'' y que se ha dado cuenta que sí, existe vida en la calle porque en Madrid solo salía de casa para ir a trabajar. Pero la costa para Bibiana es otro mundo con una vida social limitada pero muy activa entre comidas, copas y mucha alegría. Esa felicidad que desprende la transmite hoy en Por Fin No Es Lunes con su Código Bibiana.