¿Hasta qué punto crees que habrá lectura nacional del resultado andaluz? Puede haber sorpresas porque si algo nos enseña la sociología electoral y también la vida es que Andalucía sorprende siempre y algunas veces a lo grande. Así que ojo, porque estamos hablando de una sociedad diferente a la que suele creerse desde fuera. Más moderada y más dinámica de lo que se piensa, menos atada a los estereotipos.
Andalucía es lo más distinto a España y al mismo tiempo lo más parecido. Es cierto que la clave autonómica es importante, que hoy se valora la labor de un Gobierno bien valorado y que los andaluces tienen la costumbre de responder coherentemente a la pregunta que les plantea cada urna. Piensan en el alcalde si las elecciones son municipales, en el presidente autonómico si son regionales y en el Gobierno cuando son nacionales.
Existe eso que los expertos y los cursis llaman "voto dual", pero también es cierto que esta jornada electoral tiene muchísimo de referéndum en torno a Sánchez y los últimos años del PSOE, por eso me atrevo a decir que mañana nos despertaremos con un mapa completamente nuevo, seguramente irreversible.
El cambio viene decantándose desde hace tiempo, desde la pandemia, se aceleró con la salida de Pablo Casado y ha cogido vuelo con la inflación. La entrada de Feijóo ha encajado con el electorado que va del centro a la derecha y lo irreversible viene ahora: mi impresión es que estas elecciones marcarán eso que en estrategia militar se denomina 'punto de ruptura'.
Por eso creo que a medianoche la carroza de Frankenstein empezará definitivamente a transformarse en calabaza. A escala nacional, apuesto a que a partir de mañana comienza el tiempo de descuento de Pedro Sánchez y a escala andaluza apuesto a que alguien celebrará esta noche su mayoría absoluta.