Pablo Pombo hace un alegato en defensa de la salud mental y la importancia de que se visibilice y no se estigmatice a las personas que sufren algún tipo de problema relacionado con ella: "Vivimos esclavizados en una sociedad en la que estar triste, deprimido, angustiado o haber perdido el equilibrio es visto como una señal de debilidad en lugar de algo enteramente natural, propio de cada esqueje de la humanidad. Estar jodido también es un derecho que se debe respetar. Vivimos esclavizados por un entretenimiento que nos deshumaniza porque convierte el sufrimiento personal en el divertimento de millones de espectadores. Y esa diversión es un negocio. Hemos llegado al punto en el que los problemas de salud mental parecen haberse visto como una oportunidad para ganar audiencia televisiva".
Asimismo, llama a "mirar y acompañar a las personas que están solas, a quienes sufren adicciones, a los niños que siguen angustiados por la pandemia, a los profesionales sanitarios traumatizados en el combate contra la peste, a las mujeres encerradas en casa con energúmenos que solo saben gritar, humillar y pegar. Preferimos atiborrarnos de pastillas para dormir y no soñar, porque no se puede soñar si no se acepta la realidad".
Y pide que cuando termine la pandemia, se haga más hincapié en la salud mental: "Después del Covid, el estado de bienestar quedará cojo si a los colegios, los hospitales y las pensiones no añadimos la protección de la salud mental. En algún momento tendremos que darnos cuenta de que esto urgente, ojalá sea cuanto antes. Ojalá que avancen la sensibilidad y el espíritu de comunidad, en lugar del enfrentamiento, el cainismo y la mediocridad. Ojalá acompañemos a quien lo está pasando mal. Ojalá porque sin salud en el alma ningún ser humano puede disfrutar, de verdad, de la libertad".