Respecto a la crisis del 'solo sí es sí' estamos sin saber donde estamos. Cerramos otra semana sin que el Gobierno haya sido capaz de reparar el error con el número de agresores subiendo y subiendo, y con el Ejecutivo sufriendo y sufriendo un desgaste enorme. Creo que en el futuro veremos mejor la talla que está teniendo esta crisis de confianza en el ejecutivo de Sánchez. Tiene una dimensión histórica comparado a la fuga de Roldán de Felipe, el mayo de Zapatero o a la guerra de Irak de Aznar. El tipo de situación que hace irremediable el veredicto social, el divorcio con la mayoría.
Dijimos la semana pasada que un 40% de opciones de crisis de Gobierno y paradójicamente, ese contador no va a más mientras la situación va a peor.
De cara a la próximas semana, el escenario más probable es que no haya crisis de Gobierno. El manual de gestión de crisis políticas dice que primero hay que contener las crisis, luego aislarlas, resolverlas y al final abre una nueva etapa, en este momento la crisis todavía no está resuelta. Veremos qué ocurre y cómo se distribuyen los votos en el arco parlamentario que es una derivada muy interesante.
El segundo escenario sería la ruptura entre PSOE y Podemos. Si Montero se obceca en no ceder con ella, acarrea a Belarra pero quedarían dentro del Gobierno: Yolanda Díaz, Garzón y Subirats. Paree claro que las dos partes, Podemos y el PSOE, quieren romper pero que ninguna quieren asumir el coste de la ruptura así que ambos lados están en una guerra de desgaste y afrontan la incomprensión de las sociedad que no es capaz de entender lo que están diciendo.
El tercer escenario, básico, porque siempre en combinaciones es el menos probable: la salida de ministra de Justicia. Sobre la que tanto se ha especulado los mentideros de la M30, no tiene demasiado sentido estratégico y queda tiempo para que las ministras de Sanidad, y Energía e Industria tengan que marcharse a hacer campaña electoral.
Queda muchísima trama política y todavía más trama social. De hecho, y eso es lo más tremendo, si nos paramos y pensamos un poco podremos ver que no hay nadie que se atreva en estos momentos a decir dónde está el techo de los agresores que serán beneficiados y excarcelados. Queda muchísimo espanto por delante. Una cosa a la que yo le doy mucho valor, porque la ética importa, la reforma no se debe a unos principios de equivocación, si las encuestas no fuesen tan duras, el intento de reforma no sería tan precipitada.
