La ortografía, el conjunto de reglas que regulan la escritura de una lengua, es una convención. Es decir, una práctica admitida en función de un acuerdo, de un consenso.
Vamos a tratar de explicar algunos de estos supuestos caprichos de nuestra ortografía. Por ejemplo la hache que es insonora pero si embargo hay que ponerla y genera dudas como "hueso" que se escribe con hache mientras que "óseo" que es el adjetivo va sin ella. Y lo mismo pasa con "hueco", "oquedad", "huevo" y "ovario".
Y todo viene de una regla que dice: "todas las palabras que empiezan por diptongo ue que se escriben con hache". El origen se remonta al castellano medieval cuando "la u y la uve se escribían igual". ¿Dónde se daban los problemas más grandes? Cuando la letra que iba tras esta u/v era una vocal. En estos casos, al haber dos vocales juntas, era fácil pensar que esa v/u era una consonante que formaba sílaba con la vocal siguiente. Y de ahí la regla comentada.
En definitiva, según Judith, incluso muchos de los usos de las palabras que hoy nos pueden parecer una dificultad se introdujeron, sin embargo, para hacernos la vida más fácil.
