Se acaba mayo dejándonos temperaturas de récord en España y otros lugares del hemisferio norte. Tras un invierno profundamente seco y un inicio de primavera lluvioso, mayo ha sido florido, pero caluroso. Tendremos que cambiar el refranero. Sobre todo porque en media península parece que nos han robado la primavera. ¿O es que tenemos poca memoria? ¿Es normal tener olas de calor en pleno mayo?
Es tan inusual que, técnicamente, no existen las olas de calor en primavera. Hay cierto consenso científico en que para definir una ola de calor tienen que concurrir tres circunstancias: que dure al menos tres días consecutivos. Tiene que darse una temperatura muy alta en al menos una de cada 10 estaciones de medición (por encima del percentil del 95%). Esa medición tiene que ser de las más elevadas respecto a las temperaturas históricas de julio y agosto del siglo XX, desde 1971. Y ese registro, claro, se tiene que dar en los meses de julio y agosto.
¿Ha sido el peor mayo de la historia?
A falta de que concluya el mes y se consoliden los datos, todo apunta a que sí. De lo que no hay duda es de que el día 21, el pasado sábado, saltaron varios récords. Este es el top ten de temperaturas.
En el número cinco, Castellbisbal, en Barcelona. Con 38,5 C. Empatado con Anglès, en Girona, que ocupa la cuarta posición por golaverage, o sea, tiende a ser más cálida Castellbisbal. Estos son los últimos de nuestro top 5. En el número tres, Mérida, con 39,4C, reventando su récord anterior en mayo, que estaba en 38,6. En el número dos, Sevilla. Con 41 C, rascando dos décimas de su anterior récord. Y en el número uno, Andújar, con 42,3C el pasado sábado, batiendo los 38,4 de su anterior marca en mayo.
¿Todo esto es por el cambio climático?
Difícilmente vas a encontrar a un científico que te diga que un episodio concreto de calor o de frío es por el cambio climático. Eso se evalúa a largo plazo, comparando series históricas y recurrencias. Sí se ve un patrón de que cada vez hay más olas de calor o se dan fuera de temporada. Y eso está ocurriendo. Se adelantan y tienden a ser más largas. En 2017 hubo una que duró 26 días. La cuestión es que estos récords se están acumulando en la última década. Eso significa que el proceso se está acelerando. Y eso sí es cambio climático.
