Un grupo de científicos españoles ha hecho un importante avance en materia de genética. Se han conseguido "resucitar" proteínas de seres extintos hace millones de años y utilizarlas como una especie de "tijeras" para cortar el ADN de células humanas del presente para investigar la cura de enfermedades y trastornos de base genética, como el albinismo o la ELA.
Pero, ¿por qué necesitamos a microbios de decenas de millones de años para tratar de evitar enfermedades de hoy en día? Porque estas herramientas potenciales, después de tanto tiempo, ya no existen en la naturaleza, ya que las tenían seres que ya no se encuentran entre nosotros.
La técnica de cortar el ADN es revolucionaria y se conoce desde hace algo más de una década. Se basa en lo que podríamos llamar "corta-pega genético", algo en lo que algunos microorganismos nos llevan años de ventaja para evitar sus propias enfermedades.
Qué es el CRISPR
Se descubrió en España, en las Salinas de Santa Pola, donde Francis Mojica observó a unos diminutos seres que viven allí, las arqueas, que en su genoma tenían unas secuencias raras y repetitivas, como si alguien las hubiera puesto ahí. ¿Quién? Los virus.
El CRISPR es el nombre que reciben unas secuencias repetitivas que están presentes en el ADN de las bacterias y que sirven para defenderse de los virus. Un virus quiere infectar a una bacteria, pero la bacteria coge un trozo del genoma del virus atacante y lo integra en su propio ADN "vacunándose" para la próxima vez que esa bacteria o su descendencia se encuentre con ese virus.
Lluis Montoliú del Centro Nacional de Biotecnología CSIC explica que CRISPR utiliza las llamadas 'Proteínas Cas' para elegir y cortar las zonas del ADN que nos interesan para que, a partir de ahí, se peguen los otros genomas o incluso se introduzcan "moldes" para editar esos genomas a voluntad.
Cómo se despiertan proteínas de hace millones de años
El descubrimiento que se ha hecho ha sido "despertar" a proteínas de hace millones de años. ¿Y cómo se ha hecho? Gracias a las matemáticas y a los ordenadores: "Pensamos que acudiendo a lo que pudo haber existido hace millones de años, obtendríamos proteínas con alguna propiedad singular que fuera aprovechable, pero el problema es que el ADN más antiguo que somos capaces de identificar, lo acabamos de descubrir hace apenas unos meses y tiene sólo dos millones de años".
"Este tiempo es una nadería si pensamos que nuestro planeta tiene 4.500 millones de años, por lo menos. Por tanto, si tenemos que ir más allá, tenemos que descifrar las secuencias de estas proteínas en un grupo de bacterias actuales y se las damos de comer a un súper ordenador para que busque aquellas proteínas que debieron existir hace un número de años y que pudieran haber dado la variabilidad actual: hemos obtenido este tipo de proteínas que se encargan de defenderse de los virus de hace 37, 137, 200, 1.000 y hasta 2.600 millones de años".