Un zorro berlinés ha robado una colección enorme de más de 100 zapatos, en el barrio de Zehkendorf. Sobre todo hay crocs pero también hay muchos zuecos de otro estilo y chanclas, e incluso alguna zapatilla de deporte.
A los vecinos de este barrio les empezaron a desaparecer zapatos porque allí tienen la buena costumbre de quitarse los zapatos antes de entrar en casa. Todo se iba a quedar en una anécdota hasta que a un vecino le robaron una de sus zapatillas supercaras y decidió que esto no se iba a quedar así.
Estuvo vigilando hasta que fotografió al ladrón en pleno acto delictivo con unas chanclas en la boca. Varios días más tarde volvió a cruzarse con él y le siguió hasta un matorral, y tras un par de horas
merodeando encontró el tesoro. Pero en esa montaña de calzado no estaba su zapatilla.
Hay más zorros que sienten una especial atracción por los zapatos en el mundo. El año pasado grabaron en Australia a uno que se llevaba botas y en Japón identificaron a otro zorro que robaba chanclas, que le descubrieron cuando ya se había hecho con 40 pares.
¿Por qué los animales sienten predilección por los zapatos?
Realmente no se sabe, pero algunos especialistas creen que es por su olor y que les gusta morderlos. Sobre todo los de piel, aunque hemos visto que la mayoría de lo que roban es de plástico.
Hay más animales que usan objetos hechos por humanos, objetos que no podrían encontrar de ninguna manera en la naturaleza si no fuera por nosotros. Por ejemplo, hay pájaros que usan colillas para desparasitar el nido.
Desmenuzan la chusta y la reparten por el interior del nido porque la nicotina tiene propiedades antiparasitarias y algunos pájaros lo han descubierto. Esto lo descubrió un grupo de científicos mexicanos por casualidad observando el gorrión europeo.
Sin embargo, investigando este comportamiento insólito averiguaron que hay más especies de pájaros que lo hacen, como el camachuelo mexicano o el pinzón. Todos pájaros, que son las aves pequeñas, cantoras, tipo canario.
¿El tamaño del cerebro influye en la inteligencia?
Valenzuelatambién termina de resolver la duda que dejó a medias la semana pasada. Y es que el tamaño del cerebro influye en la inteligencia y aunque a veces nos cueste creerlo, los humanos somos los animales más inteligentes que existen.
Esto tiene que ver con el gran tamaño de nuestro cerebro, que es el más grande del mundo animal. Un cerebro humano sano pesa 1 kilo y 300 o 400 gramos. No parece especialmente grande si lo comparamos con el de, por ejemplo, una ballena azul, que es el animal más grande del mundo: Su cerebro pesa 7 kilos.
No obstante, el cerebro de la ballena azul no es un cerebro grande con respecto al tamaño de su cuerpo. Para que un cerebro se considere grande o pequeño depende del tamaño del animal. Por eso nuestro cerebro es muy grande para el tamaño de nuestro cuerpo: Nuestra masa cerebral es 6 veces mayor que la de la media del resto de los mamíferos.
Entre humanos, ¿tener el cerebro más grande hace que seas más inteligente?
Las personas con un cerebro más voluminoso tienden a ser más inteligentes. En concreto se ha observado que las personas con más sustancia gris son más inteligentes. Esta sustancia es uno de los componentes principales del cerebro.
El cerebro está formado por sustancia gris y sustancia blanca. La gris son las neuronas, algo así como el disco duro del ordenador y la blanca son las fibras nerviosas, el cableado del ordenador. La hipótesis para explicar que la gente con más sustancia gris, o sea más neuronas, tienden a ser más inteligentes. Pero aún no se sabe por qué.
Una puntualización importante es que tener más sustancia gris, sí, te hace más inteligente, pero solo un poquito. El volumen cerebral puede explicar como máximo un 10% de las diferencias intelectuales.
¿Cómo hemos llegado a tener este cerebro?
La respuesta que todo conocemos es la evolución. Seguramente la posición erguida hizo que tuviéramos las manos libres para desarrollar intensamente el uso de herramientas, lo que impulsó la creatividad y esta creatividad impulsó la posibilidad de mantener el cerebro grande. También lo que hicimos fue cambiar la dieta.
Un cerebro grande gasta muchísima energía: Cuando estamos en reposo consume el 25% de la energía. Para conseguir energía rápido y en abundancia hay que comer grasa y proteínas, por eso nuestros ancestros cambiaron la dieta vegetariana a una omnívora en la que no faltaban estos nutrientes.
Y por eso hemos llegado a tener esta inteligencia compleja, única entre primates.
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