En Divulga que algo quedaMario Viciosa nos adentra en el mundo de los planetas errantes. Cuesta imaginar un mundo en el que por la mañana no salga el Sol. Eso, en la Tierra, tendría unas consecuencias terribles. Si un día no amaneciese más, estaríamos condenados a desaparecer: los humanos y todos los seres vivientes, seguramente. Pero resulta que hay planetas donde nunca hay luz. Son los planetas errantes. No giran alrededor de ninguna estrella. Nuestra galaxia, la Vía Láctea, tiene millones de ellos. Y algunos no son precisamente pequeños. ¿Cómo son esos mundos flotantes?
Sobre todo, muy fríos. Estos planetas nómadas no necesitan de estrella alguna. Estamos acostumbrados a la típica imagen de un sistema planetario, con sus cuerpos girando alrededor de una estrella. Y, digamos, eso es lo normal. Por eso pensamos que hay miles y miles de millones de planetas. Porque si asumimos que hay más estrellas en el universo que granos de arena en las playas de la Tierra, imagínate la cantidad de planetas que puede haber ahí fuera. Y sólo conocemos unos 4.000. Pero de estos planetas nómadas, una astrónoma española, Núria Miret, descubrió hace poco unos 70 que andan como por una región cercana de nuestra Vía Láctea, y que tienen el tamaño de Júpiter. Unas 11 veces el diámetro de la Tierra.
Este grupo de planetas que flotan libremente se encuentran en la asociación estelar de Escorpio-Centauro, que está a 420 años luz de la Tierra. Esta región contiene un importante número de nebulosas bien conocidas de nombres preciosos como Nebulosa de la Pipa, Barnard 68, y el Saco de Carbón. Debe de haber tantos, que no sería descabellado pensar que en alguno haya condiciones para la vida. Aparte de estos 70 ejemplares enormes, los hay pequeños. Se empezó a sospechar que existían estos planetas errantes en los años noventa. Hoy, treinta años después, se estima que podríamos ver unos 400.000 sólo en nuestra Vía Láctea. Esto significa que hay más planetas nómadas que soles. O que estrellas como nuestro Sol.
Además, Mario Viciosa nos resuelve en Por fin no es lunes la duda de la semana. ¿De qué color es el sol? La respuesta corta es "de todos". Y decir de todos en óptica es más o menos como decir "blanco". Pero la realidad es que, tal y como lo pintamos, es más bien amarillo.