La evidencia científica advierte de que la sexta extinción masiva cada vez va más rápido desde hace unos años. Según un estudio, no sólo están desapareciendo especies a un ritmo mayor al que puede soportar la evolución natural, sino que están desapareciendo géneros y familias completas de animales vertebrados.
Mario Viciosa explica en su sección 'No se puede negar que' de 'Por fin no es lunes' que, en 500 años, han desaparecido las especies y géneros de vertebrados que esperaríamos perder en 18 milenios. Esta extinción se ha acelerado un 35% desde que los humanos estamos en el planeta, por lo que el Homo Sapiens es el responsable de esta situación, pero también, el único que puede detenerlo.
Aunque las acciones individuales son importantes, los expertos aseguran que el papel de los organismos, estados y empresas es esencial para frenar la destrucción de ecosistemas, limitar el consumo irracional e insostenible y perseguir el tráfico de especies. Y una de las labores fundamentales para detener todo esto es el trabajo que hacen diariamente organizaciones que van, granito a granito, salvando individuos para mejorar su supervivencia y conocer mejor sus puntos fuertes y débiles.
El Oceanogràfic València, un refugio de especies amenazadas
En España, es el caso del Oceanogràfic València, lugar en el que con los años se ha ido creando un refugio de especies amenazadas. Desde que hace 20 años abriese sus puertas, el acuario de València, ubicado en la Ciutat de les Arts i les Ciències, se ha convertido en un centro de investigación y conservación de la biodiversidad marina con un trabajo constante de sensibilización y concienciación de la sociedad sobre los problemas a los que se enfrentan los animales en el medio natural debido, principalmente, a la actividad humana (cambio climático, sobrepesca o destrucción de sus entornos naturales).
De los más de 20.000 animales de 650 especies diferentes que tienen, más de la mitad (un total de 451) están incluidas en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (IUCN), la organización internacional conservacionista más grande e importante del mundo -formada por 1.400 organizaciones gubernamentales y ONG de más de 160 países- y en la que la Fundación Oceanogràfic ingresó el pasado año en calidad de observador dentro de la misión del acuario valenciano de mitigar las consecuencias del cambio climático.
Más de 60 especies, en peligro crítico: tiburones, rayas, anfibios y reptiles, los más amenazados
Del total de especies que habitan en el acuario valenciano y que se encuentran dentro de La Lista Roja de la IUCN, 62 están clasificadas dentro de los niveles de mayor riesgo:
- "Vulnerable".
- "En peligro".
- "En peligro crítico".
Entre los animales catalogados "en peligro crítico" y que habitan en el Oceanogràfic, están el tiburón nodriza de cola corta -que logró reproducirse en 2022-, el tiburón toro, el pez guitarra, el tiburón raya o la raya águila marina -que también pudo reproducirse en 2018-. Su existencia en el Oceanogràfic proporciona un halo de esperanza para conservar las poblaciones futuras y para sensibilizar al visitante de las causas de su desaparición e iniciativas para su protección.
La labor de los científicos es esencial
Carlos Barros es biólogo, veterinario, expedicionario antártico y conservador de aves y reptiles del Oceanogràfic València. Dentro de su trabajo está el encontrarse presente cuando el huevo de una especie en peligro de extinción eclosiona en su laboratorio. Especies que son cruciales en ecosistemas y paisajes completos, como las "almejas de agua dulce", según explica el propio científico en 'Por fin no es lunes'.
Una de las partes más satisfactorias de su trabajo es "ver que esas poblaciones pueden llegar a reintroducirse en el medio natural cuando das con la clave. Te hace sentir muy bien".
A nivel local, el Levante valenciano está experimentando cambios en sus ecosistemas, seguramente impulsados por el calentamiento global, que hace más vulnerables a algunas especies, las empuja un poquito más rápido hacia la extinción y las empuja hacia otros territorios.
La labor de científicos como Carlos se orienta cada vez más a pensar que esto no va sólo de si se está perdiendo una especie u otra en una playa o un río -que también-, sino del concepto de "una sola salud" animal, vegetal y humana: "Los animales que aquí tenemos actúan como embajadores de los animales que están en el exterior. Entender la biología que aquí tenemos nos ayuda a ayudar a los animales que tenemos en el medio natural".
