En Por fin no es lunes en "No se puede negar" Mario Viciosa examina a las bacterias. No se puede decir que las bacterias sean nuestras amigas. Porque han causado pestes mortíferas; han desequilibrado guerras; perpetúan la pobreza en ciertos países. Cada año llevan a la muerte a más de 1,2 millones de personas por no funcionarles los antibióticos. Todo eso es verdad. Pero, sin ser amigas, pueden ser aliadas. Porque cada día tenemos nuevas noticias sobre tratamientos revolucionarios con bacterias, soluciones ambientales basadas en bacterias y materiales increíbles basados en bacterias. ¿Estamos ante la revolución de las bacterias buenas? Es más, ¿es cierto eso de que somos, esencialmente, una bacteria?
Unos científicos del CSIC de Barcelona y de Berkeley (EE.UU) acaban de descubrir algo que únicamente ha ocurrido tres veces en toda la historia de la biología: que las algas son todavía más bacterianas. Un equipo liderado por un español, Francisco Cornejo-Castillo del Instituto de Ciencias del Mar, del CSIC, ha observado en laboratorio cómo un tipo de alga marina engullía a una bacteria. La bacteria comenzó a vivir dentro de algas, transformándose en un órgano interno. Se ha bautizado como nitroplasto.
Manel Porcar, biólogo e ingeniero, está cultivando bacterias para tecnologías que van de la fabricación de biocombustibles a piel artificial para vestir de forma vegana. Este descubrimiento nos viene a reafirmar que no se puede negar que somos medio bacterias.
Hasta hace no mucho, se pensaba que éramos un 90% bacterias. De hecho, si lo que nos define es nuestro ADN, habría 10 veces más información genética de bacterias, genes haciendo sus cosas, que información genética estrictamente humana. O sea, esas instrucciones para fabricar piel, ojos o pelo. Pero aquí tenemos que desmontar una idea errónea. Hace ya unos años que se rebajó esta estimación al 50%. 100 billones de bacterias de unas 400 especies distintas. Así que, con la última actualización científica en la mano, podemos afirmar con todo rigor que no se puede negar que somos medio bacterias andantes, incluso sin considerar lo de que tengamos ancestros bacterianos en nuestras células. Eso sí, bacterias buenas.